En una entrada anterior recomendamos una película, que desde nuestro punto de vista es única por la forma que aborda un problema que afecta a muchos pero que pocos son capaces de exponer abiertamente, se trata del filme El Doctor, estrenada en 1991, protagonizada por el gran actor William Hurt y dirigida por Randa Haines, basada en el libro A Taste of My Own Medicine de Edward E. Rosenbaum; se trata de una obra cinematográfica que expone de manera crítica y reflexiva las fallas en la ética médica y el sistema sanitario.

La historia está basada en la evolución por la que transita un exitoso cirujano, el Dr. Jack MacKee, que, tras ser diagnosticado con cáncer laríngeo, experimenta en carne propia las deficiencias del sistema para el cual trabaja y defiende. Este cambio de rol, de médico a paciente, lo obliga a replantear su perspectiva sobre la medicina y su trato hacia los enfermos. Según se va desarrollando la película esta ofrece una profunda reflexión sobre la importancia de la empatía, la relación médico paciente y la humanización en la práctica médica.

Deshumanización en la Medicina y la Falta de Empatía

Desde los primeros minutos del filme, se presenta al Dr. MacKee como un profesional altamente competente, capacitado y con habilidades quirúrgicas excepcionales, requerido por sus compañeros para interconsultas de casos complicados, sin embargo, presenta carencias de empatía por los enfermos, la actitud hacia los pacientes es fría, mecánica y distante, los trata como simples objetos y no como seres humanos con miedos y angustias.

El filme inicia con una cirugía complicada que el Dr está realizando, en el quirófano hay música, algo que al parecer le agrada durante sus cirugías y que puede ser relajante para él pero que quizás para el resto del equipo es incómodo, por lo que debería al menos contar con la aprobación de los demás; se habla despectivamente del paciente mientras está anestesiado, desconocía incluso qué le había sucedido, le refieren que atentó contra su vida por lo que pide a forma de burla que lo haga mejor la próxima vez para que lo logre, la broma o mofa a una persona indefensa en ese estado no debería de realizarse por los profesionales que tienen a cargo su cuidado, aparte de irrespetuoso, es poco ético y profesional.

En la representación de este libreto se expone una problemática común en el ejercicio de la medicina moderna: la excesiva tecnificación del acto médico en detrimento de la relación médico-paciente, donde no importa el ser humano, es como el mecánico que repara un auto. La ausencia de una comunicación efectiva y la indiferencia hacia los sentimientos del paciente pueden generar una barrera que deshumaniza el cuidado de la salud.

En el drama se evidencian: la pérdida de la relación médico paciente por el personal, ya que se identifican con el doctor la mayor parte de sus compañeros que veneran su conducta, solo uno de los galenos marca la diferencia, un otorrino que habla con sus pacientes a quienes,  escucha y les dedica atención, por ello es visto como raro por el resto de colegas del hospital, al ser el único con esta conducta nos hace caer en cuenta de que es la minoría quienes se comportan así con sus enfermos, porque la gran parte de los profesionales son como MacKee; por otro lado la formación médica muestra como está hecha a la medida de los profesores con sus virtudes y defectos, enseña a sus educandos a tratar a los enfermos tal y como él lo hace; el diagnóstico superficial es otra de las observaciones, él mismo cae en ese abismo del sistema, cuando su médico primario toma a la ligera sus síntomas, le receta un antibiótico sin evidencia de infección alguna, otro problema actual, el consumo y la prescripción indiscriminada e inadecuada de antibióticos, algo que si sucediera en un paciente común y que no tuviera acceso a otro nivel de atención hubiera sido un diagnóstico tardío que en la detección del cáncer se convierte en una sentencia de muerte.

Se muestra también como se falsifica una historia clínica para cubrir una mala praxis, el falso testimonio para proteger a un colega o amigo, la burocracia del sistema, el distanciamiento familiar por el egocentrismo y amor propio, tantos elementos que se manifiestan que hacen que cualquier ser humano en uno de esos puntos se puede identificar con el guion de la película.

El Impacto de la Enfermedad en la Perspectiva Médica

El punto de inflexión en la historia ocurre cuando el Dr. MacKee se convierte en paciente. Experimenta en carne propia la burocracia del sistema de salud, la falta de sensibilidad de algunos profesionales y la vulnerabilidad de depender de otros. Este cambio de perspectiva le permite comprender la importancia del trato humano y de la atención centrada en la persona. La película resalta cómo los médicos pueden volverse insensibles con el tiempo debido a la carga emocional de su profesión, pero también enfatiza la necesidad de mantener un equilibrio entre la objetividad profesional y la empatía. Cuando enfrenta su enfermedad ya no puede jugar a ser Dios, exige una atención que él no daba, eso le da una perspectiva de lo errado que estaba.

Crítica al Sistema Sanitario

Además de la transformación personal del protagonista, El Doctor también critica las deficiencias del sistema de salud, se presentan situaciones donde la burocracia y las normativas hospitalarias dificultan la atención oportuna de los pacientes, en la película se expone cómo el sistema puede priorizar su eficiencia y rentabilidad por encima del bienestar humano, lo que refleja una problemática aún vigente en la medicina contemporánea.  La obra invita a reflexionar sobre la necesidad de reformas que permitan una atención médica más humana y accesible.

Ética Médica y Reflexiones Finales

La historia de Jack MacKee ejemplifica dilemas éticos fundamentales en la medicina, como el trato digno al paciente, la importancia de la comunicación y la necesidad de humanizar la práctica médica. La película deja en claro que la medicina no solo debe centrarse en el tratamiento de enfermedades, sino también en la experiencia humana del paciente. En este sentido, El Doctor se convierte en una herramienta valiosa para la formación de futuros médicos, recordándoles que detrás de cada diagnóstico hay una persona con emociones y necesidades.

En resumen, El Doctor es un filme que, a través del viaje personal de su protagonista, aborda con crudeza y realismo los desafíos éticos y humanos de la profesión médica. La transformación de MacKee demuestra que la verdadera excelencia médica no solo radica en la destreza técnica, sino en la capacidad de comprender, escuchar y acompañar a los pacientes en su proceso de sanación.

Consideras valiosa la enseñanza que muestra este filme?, déjenos saber su opinión.

En el siguiente link podrá encontrar un artículo donde se hace una crítica a los aspectos fundamentales de la película. 

https://doi.org/10.14201/rmc.29543